Si existe algo poderoso para vender tu producto o servicio, es tu historia.
Viene desde siglos atrás, por eso tu cerebro ama las historias, es imposible no prestar atención a una.
Sin embargo, las personas no se enganchan con cualquier historia, solo con aquellas bien contadas.
Una historia tiene que ser real, emotiva y valiosa.
4 pasos para vender tu producto en una historia
En un post anterior comenté que fue Steve Denimg uno de los fundadores del movimiento “Storytelling International” que aspira a que las empresas tomen consciencia de sus historias con el fin de usarlas para lograr determinados objetivos.
Y, un gran maestro del Storytelling que también debo mencionar aquí, es Joshep Campbell y su libro «El héroe de las mil caras»
Los dos explican cómo juega el lenguaje emocional y las palabras en la composición de las historia.
Entonces, vamos a recorrer el mundo de las historias.
Primero que nada debes de saber que no todos los productos o servicios necesitan de historias, solo los que son difíciles de vender.
Empezamos.
1. Coloca en el centro de la historia a tu cliente
Debes aceptar que si vendes en Internet, tu cliente no te conoce y es lógico que tenga temores e inseguridades de si conseguirá los resultados que añora con el producto o servicio que vendes.
Y, si vendes servicios es más grande el temor, porque es algo intangible, por lo tanto, cuando el cliente decide comprar, está poniendo toda su fe en ti.
Por lo mismo, tu historia debe girar en torno al dolor, problema o deseo de tu cliente.
Evita con todas tus fuerzas mostrarte como un experto primero tú o hablar de las maravillas de tu producto (no es el momento) y es lo peor que puedes hacer si intentas vender en Internet.
¿Por qué?
Porque el comprador solo quieres saber de inmediato si tienes la solución a su problema.
Así es que juega muy bien con las palabras que vas a utilizar e identifica esas palabras clave que serán el imán de tu historia.
Y cuando digo palabras clave, me estoy refiriendo a palabras que utiliza tu cliente, en un post anterior lo tienes Palabras clave de tu cliente
Por eso, antes de ponerte a escribir tú debes de tener una lista de palabras propias de tu cliente, que te servirán de conexión emocional, esas palabras son las que lograrán conectar con él y conseguirás dar un sentido real a tu producto.
2. Toca su dolor o su gran deseo
Empieza tu historia en negativo, picando en el dolor de tu cliente, es la única manera en que prestará atención.
Luego has que camine, caiga, levante y avance hacia su objetivo.
Al final, deja que él mismo descubra la magia con el producto o servicio que vendas.
Las historias ayudan a impulsar tu producto o servicio
3. Has que comprenda el valor de lo que vendes
Esta parte es la más fascinante de la historia porque nos referimos a la parte emocional, el valor simbólico de lo que vendes es lo único que ayudará al héroe a comprender el verdadero valor de tu producto o servicio.
Aquí la historia ya se puso positiva y alegrará al héroe.
Solo el valor emocional y simbólico de tu producto marcará una diferencia valiosa para él.
Y es cuando una mujer se da cuenta que no compra un Smartphone, compra momentos instantáneos para compartir”
4. Conecta con su filosofía
El buen contador de historias debe de ser transparente consigo mismo para conectar de manera natural con su cliente y él consiga identificarlo como parte de su manada.
Conocerte a ti mismo es clave.
Esto te ayudará a equilibrar tus valores, principios, tu forma de ver la vida y así conseguirás armonizar con los de tu cliente.
Y, es casi instintivo.
Es cuando la historia lleva al héroe a la cima y le hace vivir su dolor por unos segundos, luego él verá que se puede vivir sin ese dolor.
Ya casi llego al final, recuerda que para vender tu producto o servicio a través de una historia es esencial ponerte a investigar todo, pero todo de tu cliente.
Esa información es la base para construir y nutrir una buena historia que venda al cliente que quieres.
¿Te gustaría que profundice más en el poder de las historias para vender? Estaré pendiente a tu comentario
Gracias por estar aquí.
Me despido con un cálido abrazo.